El libro de Romanos 8:22 hace una descripción tan
valedera de la condición en la cual se encuentra el Planeta Tierra cuando
dice: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está
con dolores de parto hasta ahora”. Gemir significa emitir gemidos por
dolor o por pena. También se refiere en otra definición a gemido lastimero,
dolor que aflige el corazón.
Los estudios de impacto ambiental ponen en evidencia el
uso y el abuso indiscriminado del hombre a la naturaleza en todos los órdenes.
Los bosques han sufrido la tala indiscriminada, las cuencas de los ríos son
testigos de cómo se sacan materiales para la construcción sin consideración
alguna. Las fuentes de agua son contaminadas diariamente por los desechos y
materiales tóxicos que se vierte en ellas.
La flora y la fauna colapsan ante este fenómeno de
depredación que arropa todos los litorales costeros. La pesca y la caza pone en
peligro las distintas especies, muchas de las cuales se han extinguido o están
en estado de extinción. Zapatos de pieles, hermosas carteras y lujosos abrigos
adornan las vitrinas de las principales tiendas de las grandes ciudades. Las
prendas de marfil, oro, plata y hermosos diamantes son deseadas y codiciadas
por aquellos que pueden disfrutar de estos lujos.
La tierra se está negando a dar sus frutos. El uso
indiscriminado de pesticidas, abonos y herbicidas, pone en peligro la salud de
los seres humanos residentes en el “planeta más hermoso del Sistema Solar”.
Guerras, rumores de guerras, amenazas nucleares y atómicas mantienen en vilo a
todas las naciones de la tierra.
Y me pregunto ¿Qué
estamos haciendo para detener este espíritu destructivo y depredador del ser
humano?
Más que iniciativas y planes con la finalidad de detener
este fenómeno destructivo, lo imperante y urgente sería la implementación de
una campaña de concientización con la finalidad de que la gente entienda que
está destruyendo su habitad. Debe ser un llamado “URGENTE” para
detener este proceso de destrucción masiva cuyo final será inevitable.
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