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Preparación del Pueblo de Israel a través del Pentateuco


 

La preparación de Josué como líder, es de suma importancia que se tome en cuenta al estudiar el cumplimiento de la herencia recibida en el Libro de Josué. Fue escogido de entre un grupo de más de millón y medio de hombres porque estaba definido por una serie de cualidades que autenticaban su vida y toda su trayectoria. Como el Señor preparó a Josué, también podemos nosotros aprender lecciones para nuestra vida.

Lo primero que vemos en el Libro de Génesis de parte del Señor, es la promesa a Su amigo Abraham de hacer de su descendencia una nación grande, que tendría el privilegio de heredar la tierra de Canaán (Gn.28:14). Gn.17:2 Y yo estableceré mi pacto contigo, y te multiplicaré en gran manera. Esta promesa dada por Dios a Abraham y a su descendencia de que les daría la Tierra Prometida, es el propósito principal yel tema central por el cual Dios los prepara en lo que resta del Génesis y elAntiguo Testamento.

El cumplimiento espiritual de esta promesa se da a cada creyente que es un hijo espiritual de Abraham por medio de la fe. Dice Ro.6:3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Pablo nos habla acerca de los beneficios que recibimos cuando nos convertimos a Cristo. Como lo enfatiza en Gálatas en el cual nos dice que recibimos tanto bendiciones espirituales como la herencia de Abraham. Nosotros no recibimos la promesa como Isaac, el hijo natural de Abraham; sino, que recibimos la promesa espiritual del Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Israel recibió la promesa de una herencia y de una tierra en lo natural, pero al cristiano más que lo natural, se le ofrece una herencia imperecedera, guardada en los cielos (Col.3:24). La meta y el tema central en el Nuevo Testamento es la herencia dada a nosotros en la persona de Cristo.

Podemos ver que el Libro de Génesis explaya y amplia el tema de la promesa de Dios de la tierra de Canaán, el libro segundo de la Biblia revela y manifiesta el siguiente paso para que esto se cumpla. Después de que el pueblo de Israel se multiplicara en la tierra de Egipto, el Libro de Éxodo lo revela, y explica como Dios rescata y liberta del dominio de Egipto y los dirige hacía la Tierra Prometida. Éxodo nos muestra que para poder capacitar a los hijos de Israel para que pudieran entrar en Canaán, tuvieron que dejar atrás la tierra vieja de Egipto.           

Esto se aplica en nuestra vida espiritual, ya que de la única manera que nosotros podemos cumplir con los planes de Dios, es siendo liberados de la “vieja tierra”.    Notamos que la salvación nos redime y nos libera, no de la sumisión de Faraón, sino de la sumisión de Satanás y del pecado. Hch.26:18 para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados. Nos ha librado de la potestad de las tiemblas y llevado al reino de Cristo. Sabemos que Cristo en vosotros, es nuestra esperanza de gloria (1ªTi.1:1; He.6:9).

El Antiguo Testamento sigue descubriendo el siguiente paso dado por Dios para los hijos de Israel. El Libro de Levítico que es el tercero de ellos, presenta de una manera detallada, las leyes sacerdotales proporcionadas por Dios, para dar lección de cómo tenían que vivir en la Tierra Prometida. El Señor le dice a Moisés que hable a los israelitas y les pida que anden en sus estatutos y que cumplan con sus ordenanzas, para que vivan en ellas (Ro.10:5; Dt.4:1).

Cuando iniciamos nuestro nuevo caminar en Cristo, también nosotros se nos enseña un nuevo modelo de vida como residentes del reino de los cielos. El apóstol Pablo nos invita a que nos despojemos de viejo hombre, que está viciado con los deseos engañosos, y que nos renovemos en el espíritu de nuestra mente vistiéndonos del nuevo hombre, creado por Dios en justicia y verdad (He.12:1; Ro.6:6).

Números, que es el cuarto libro de la Biblia, nos advierte de como el pueblo de Dios tiene la posibilidad de fallar en la observancia y ejecución de los planes de Dios. El Libro de Números relata la prueba de Israel cuando desobedeció al Señor, teniendo que vagar por el desierto durante cuarenta años, en lugar de llegar a Canaán. A pesar de todo esto, disfrutaron las bendiciones del Señor durante todo este tiempo como lo fueron Su guía, sanidad divina y ver Su provisión milagrosa. Debemos nosotros también tener mucho cuidado de no creer que avanzamos porque simplemente estamos recibiendo las bendiciones de Dios.

Encontramos en el Libro de Hebreos en sus capítulos tres y cuatro; en el Nuevo Testamento, una vez más la historia de los hijos de Israel. Pero este enfoque advierte a los cristianos de que ellos también pueden caer bajo la misma situación que el pueblo de Israel que no pudo entrar en las promesas de Dios, así como los israelitas que no pudieron entrar a la Tierra Prometida por tres cosas: Por la dureza de corazón, la desobediencia y por su incredulidad. Sal.95:10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. Hemos tenido el privilegio de que se nos anuncie el evangelio como a ellos, sin embargo, no les aprovechó el oír la Palabra porque no tuvieron fe (Ro.10:17).

 Muchas veces los cristianos sufren el síndrome de incredulidad y dureza Israel, pues la desobediencia y la incredulidad hacen que el creyente se retrase en entrar al plan de Dios para su vida. Notamos que su vida espiritual da vueltas sin un objetivo específico y por esta razón se ven enfrentado las mismas pruebas en las cuales han fallado en reiteradas ocasiones. Por esta misma situación pasan muchas iglesias e instituciones que ha recibido un llamado de Dios. Todo esto tiene un propósito de parte de Dios, cuyo único objetivo es prepararnos en medio de esos retrasos para el día en que tengamos que enfrentar nuestros errores pasados con la finalidad de superar todos los obstáculos.

El Objetivo del quinto libro Deuteronomio, era prepararlos para que posteriormente pudieran entrar a la Tierra Prometida. Cuando llegaron a las cercanías de Canaán, Moisés les habló del Libro de Deuteronomio a la nueva generación que se había desarrollado en el tiempo en que el pueblo estuvo vagando en el desierto. Deuteronomio fue una preparación para ellos poder entrar a la Tierra Prometida, mientras Moisés les reitera las leyes de Dios y designa a Josué como su cesionario o sucesor.

En conclusión, El Pentateuco es, en efecto, el testimonio de la revelación progresiva de Dios, que se manifestó a Israel, a fin de preparar la salvación de todos los hombres. En él se trazan las grandes líneas de la Historia de la salvación, desde la elección de Abraham hasta la formación del pueblo de Israel.

Se puede comparar a nuestra vieja naturaleza adámica que también envejece y muere en la medida en que comemos el maná que es Su Palabra y seguimos Su nube que es Su presencia. Así, somos equipados para entrar en el llamado de Dios y Su herencia. En consecuencia, estaremos preparados para cumplir las leyes de justicia y alcanzar ser parte de la “Generación de Josué”.


Éramos culpables, pero Dios nos ha declarado justos


 

Una definición breve de justificaciónes “la acción de hacer a alguien justo ante Dios.” La justificación sucede cuando Dios declara que quien ponga su fe en Cristo es justo (Ro.5:1). 2ªCo.5:21 dice, “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.” Es decir, Jesús se convirtió en nuestro sustituto en la cruz para que nosotros pudiéramos ser hechos “justos” ante Dios. Éramos culpables, pero Dios nos ha declarado justos.

Justificación es una sentencia de absolución por la cual Dios absuelve al hombre de culpa. Cuando somos justificados, somos llevados a una relación correcta con Dios. Toda experienciaespiritual es instantánea y progresiva. Vemos claramente que hay un acto por medio del cual somos justificados por medio de la fe, pero también debemos de mencionar que hay una obra progresiva de justificación, por medio de la cual llegamos a alcanzar una correcta relación con Dios.  Él a través del nuevo nacimiento nos justifica instantáneamente, pero es necesario pasar por un proceso donde hay una obra progresiva de justificación por medio de la cual somos justificados en cada renglón (Is.28:13, 2ªCr.36:15). Por medio a la justificación progresiva Dios quiere hacer un obra más profunda en nuestro ser.

El Señor desea justificarnos o enderezarnos de una manera tal, que alcancemos la rectitud como Jesús. La vida de Él es completamente perfecta recta, por esto nuestra meta no puede ser inferior. No sería sensato que Dios esperara algo que fuera inferior a la perfección. El Señor Cristo mismo nos hace un llamado a la perfección. La perfección debe ser nuestro objetivo principal. Tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo se nos dice: “Sed santos, como Yo soy santo”. Por eso, vemos que tanto la santidad como la perfección Dios las ha puesto como metas. La santidad es poder estar ligados a Dios el único Santo y estar apartado del pecado, del mundo, la carne y el diablo. Dios ha provisto un medio de justificación, y Él no dio acceso a él, por medio al sacrificio de Cristo y su muerte, la muerte de Su propio Hijo. Por tanto, a los judíos y a los gentiles, Él les ha proporcionado un medio de perdón y de acercamiento, por medio del gran acto de la fe. Esta fe es un don de Dios, no procede de nosotros. Vemos que en Hch.15:11 somos salvos por gracia y que solo esto procede de Dios. Abraham es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago (Gn.15:6; Ro.4; Stg.2) y David nos habla de esta justificación en el Sal.32:1-2, porque él mismo la experimentó en su propia vida.

            En conclusión, la justificación es por fe. La verdadera fe es obra de Dios, concedida por Dios (Jn.1:29) y es simultánea con la regeneración (2ªCo 5:17), la cual Dios trabaja en nosotros por Su voluntad (Jn.1:13). El resultado de esta justificación y regeneración, es que el pecador cambia de su pecado e inicia un quehacer de buenas obras. Pero no son estas obras por las que nos ganamos nuestro lugar con Dios, ni tampoco nos sostienen delante de Él. Jesús llevó a cabo todo lo que necesitamos para ser salvos, justificados; y es, el creer realmente en lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesús en la cruz; es por esto que la Biblia dice que somos justificados por fe (Ro 5:1). El creer en la justificación y la regeneración en el nuevo creyente, resultará en buenas obras.


Más el justo por la fe vivirá


 La Importancia de la fe

Ro.1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Más el justo por la fe vivirá”. Partiendo de este verso, podemos ver claramente la importancia del elemento fe en la vida del creyente que decide acercarse al Señor con la firme convicción de que podrá alcanzar la meta final en su caminata espiritual. Como la define el Dr. Brian Bailey en su libro Pilares de la Fe: “La fe es el cimiento de nuestra experiencia Cristiana (Ef.2:8)”, y es también la base para recibir, desarrollar y avanzar hacia la pureza (2ª.P.1:5-8). Vemos como la define el apóstol Pablo en el Libro de Hebreos 11:1 “Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. A la luz de las Escrituras la fe juega un papel determinante para poder alcanzar el cumplimiento del propósito de Dios en cada una de nuestras vidas. Por eso, es necesario acercarse confiadamente al trono de la gracia… (He.4:16); es decir, con fe. Por esta razón, la fe es un don de Dios. Veamos algunos aspectos de la fe.

     Diferencia entre la fe y el creer

            Es necesario establecer de una manera clara y determinada la diferencia que hay entre fe y creer. Gramaticalmente, vemos que fe es un sustantivo y creer vemos claramente que es un verbo. Mientras creer se puede conjugar, fe no tiene conjugación en nuestra gramática. Cuando me refiero a sustantivo, estoy hablado de lo que se refiere a una persona, animal, una cosa o una idea. La fe no es más que una sustancia. Pero como ya he dicho, creer es un verbo. Que a diferencia de la fe, indica acción o un estado del ser; algo que podemos hacer. Cuando pensamos en creer nos estamos refiriendo a una acción. Estamos hablando de asumir la posición de aceptar y tener plena confianza en lo que el Señor dice. Esta actitud involucra al corazón; sin embargo, notamos que la fe es una sustancia.

            Con un ejemplo podemos ver claramente la diferencia. Veamos el caso de Pedro cuando le pidió al Señor que le permitiera caminar sobre el mar. Dice la Palabra lo siguiente: Mt.14:29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.  Todo iba bien hasta ese momento, sin embargo, dicen las Escrituras: Mt.14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Notamos claramente que Pedro tenía la fe que el Señor le dio para poder caminar sobre las aguas, pero la duda impidió que él pudiera mantenerse por encima de las circunstancias que le amenazaban. ¿Es nuestra fe suficiente? De ninguna manera. Por eso el Señor le dice: Mt.14:31… ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Pedro creía con todo su corazón que podía hacerlo, no obstante, vemos que le faltó fe para mantenerse. Jesús pudo ver su falta de fe y reprochó a Pedro por esta acción de no creer lo suficiente.  Necesitaba que Jesús impartiera la fe a su corazón para que pudiera mantener no importando los fuertes vientos que lo azotaban.

Creer lo que Dios dice

            Es sumamente importante que tengamos la capacidad para creer lo que dice Dios cuando nos habla. No obstante, podemos ver que tan solo con creer no se genera, no se realiza, no se provoca el milagro que muchas veces deseamos. Creemos que Dios salva, pero la salvación no se realiza hasta que Dios ha puesto la fe suficiente dentro de nuestro corazón.   Cito Hch.6:31 Ellos dijeron:  Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tú casa. Cuando Dios pone fe en nuestro corazón; entonces, se produce el milagro.

Debemos de entender que el creer solamente no puede producir milagros, porque cuando creemos, estamos produciendo un acto de nuestra propia voluntad; pero la fe no, porque es divina. En resumen, la fe es una sustancia; sin embargo, el creer es realmente una actitud del corazón. El creer nos corresponde a nosotros como responsables, accionando en un acto de voluntad propia. Pero dependerá de Dios darnos la fe suficiente si está en Su soberana voluntad. Creer es responsabilidad nuestra. Sin embargo, depende de Dios el querer darnos fe.


Diferencia entre la fe y el fruto de la fe

            Entre el don de fe y el fruto de fe existe una diferencia muy basta. Si miramos a la luz de la Biblia, el don de fe se refiere específicamente a los milagros, sanidades y a la manifestación del poder de Dios. Pero el fruto de fe está íntimamente ligado con nuestro carácter y la relación que tenemos con el Señor. El don de fe es mejor conocido como “fe en acción”. El diagrama de los ocho pasos hacia la perfección y el poder, nos muestra que el fruto de fe es necesario para poder alcanzar la salvación. Pero vemos también al ascender en el lado izquierdo, que alcanzamos el amor, que es la cima de la perfección y la madurez cristiana.

Fluyendo en el Don de Fe

El Señor no nos manda a quedarnos en la cima del monte, sino que debemos descender al otro lado, el cual representa nuestro ministerio y nuestra capacidad de poder fluir en el don de fe. Vemos el ejemplo de Cristo que no se quedó en el monte de Transfiguración, sino que bajó para proveer para las necesidades de la multitud que estaba en el valle (Mr.9.14-29; Lc.9.37-43). Y vemos que fue después que él descendió del monte que pudo hablar del poder extraordinario del don de fe y del poder que tiene Dios para nuestras vidas. Después que se ha alcanzado el amor en la cima del monte; entonces, hay que ver que ese amor puede hacer que el don de fe empiece a fluir y comience a obrar en nuestras vidas. Por el fruto de fe somos conducidos al amor, el cual es capaz de liberar el don de fe para que opere en nuestras vidas. Vemos entonces, a Pablo hablar de la fe que obra por el amor (1ªCo.13:13). Podemos ver que a través del corazón compasivo de Jesús fluyó virtud para sanidad de la gente (Mt.15:32). Porque el amor moraba dentro de Su corazón notamos que Él pudo liberar fe para sanar a la gente.

El Don de Fe como fruto del Espíritu

            Como el don de fe es uno de los nueve frutos del Espíritu Santo de los que Pablo habla en Corintios, así el fruto de la fe es también uno de los nueve frutos del Espíritu Santo que nos habla Gálatas. (Ef.4:7; 4:12). El apóstol Pablo nos habla claramente y nos enseña cual es el equilibrio correcto que debemos de tener: Seguir el amor y procurar los dones (1ªCo.12:1; 12:31; 13:2). La verdadera señal de madurez según el apóstol Pablo consiste en gobernar primero nuestro carácter y luego perseguir el amor; anhelando con un gran deseo los dones espirituales con la finalidad de poder servir a otros.

            La fe no es solamente un don, sino también un fruto del Espíritu Santo, y por ser un fruto tiene que desarrollarse, y crecer. Tiene diferentes etapas de crecimiento (Mr. 4.13-20; Lc.8.11-15). Estos niveles están representados por: El llevar más fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno. Es comparada con los tres niveles de productividad que Juan describe claramente en el capítulo quince: fruto, más fruto y mucho fruto. Todo esto está relacionado con las diferentes etapas de crecimiento de Marcos 4:28 que nos habla de: La hierba, la espiga y el grano lleno en la espiga. Y finalmente, todo esto lo podemos relacionar con el triple desarrollo del fruto, el cual corresponde a la fe que debe ser necesaria para morar en el Atrio exterior; después la fe necesaria para avanzar al Lugar Santo, y finalmente alcanzar la fe requerida para entrar detrás del velo, hasta llegar al Lugar Santísimo. Estas tres etapas están relacionada e íntimamente ligadas con nuestra vida, y nuestra experiencia cristiana; y esto es una verdad particularmente en todo lo que se refiere al fruto de la fe.

            Esto se explica de la siguiente manera; cuando nacemos de nuevo, tenemos el privilegio de recibir la fe de Dios en nuestro corazón en forma de semilla de mostaza (Mr.4.30-32; Lc.13.18-19). No debemos vivir toda la vida como una semilla de fe; aspiramos que nuestra fe crezca y que llegue a la madurez hasta convertirse en un árbol fuerte y grande que dé muchos frutos para Dios y Su reino (el fruto de la fe).

Alcanzando la Madurez

            En conclusión, al examinar los diferentes aspectos de la fe encontramos que: La fe es una sustancia. En la versión NTRV58 se define la fe como: He.11:1 Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. Sin embargo, creer es una acción, una decisión de aceptar y tener la plena confianza en todo lo que el Señor dice. Es una actitud que involucra al corazón. La fe es el fundamento de nuestra experiencia cristiana y la base para recibir, desarrollar y avanzar a la pureza. Creer es un verbo, un estado del ser; lo que hacemos.

            El don de la fe se diferencia del fruto de la fe. Porque el don de la fe se refiere específicamente a milagros, sanidades y al poder de Dios obrando, mientras el fruto está relacionado con nuestro carácter y nuestra relación con Dios. Necesitamos desarrollarnos hasta llegar a la madurez espiritual sin la cual no alcanzaremos la estatura del Perfecto.

            La fe depende básicamente de creer, ella nos prepara para la fe. Debemos de creer cuando Dios nos habla. Y confesar con nuestra boca lo que Dios no ha hablado.  Hay una condición que tiene que cumplirse de una manera efectiva, porque para tener fe, Dios tiene que dárnosla. Porque viene de lo alto, es divina y de la única manera que podemos tener fe es si Él nos la da, porque nosotros no podemos producirla. He.11:6Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

"El Espíritu de Sabiduría"


El Espíritu de Sabiduría, una Unción

Efesios 1:17-18: “Para que el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé Espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado”. El Espíritu de Sabiduría

El apóstol Pablo oró por los creyentes de Éfeso, para que recibieran tanto el espíritu de sabiduría como el de revelación. Y esto con la intención de que pudieran conocer el verdadero propósito de su llamamiento.

Alusión a la Persona de Jesús

En Isaías 11:2 dice: “Yreposará sobre Él el Espíritu de Jehová: espíritu de sabiduría y deinteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y detemor de Jehová”. Estos son los siete Espíritus, o unciones del Espíritu Santo. Es la segunda unción de acuerdo a esta lista descrita en Isaías. El profeta Isaías hace alusión a la persona de Jesús, sobre el cual estas unciones reposarían. Por eso, Jesús es el Cordero perfecto, sin manchas ni defectos. Lleno del poder y de la gracia de Dios Su Padre.

El Espíritu de Revelación y el de Sabiduría

El apóstol Pablo, cuando ora, hace una petición muy especial por la Iglesia de Éfeso. Esta oración la encontramos en Efesios 1:15-23. Pide le fueran dados tanto el espíritu de sabiduría, como el espíritu de revelación. La función del espíritu de sabiduría es la de interpretar y aplicar la revelación. Con la finalidad de que nos capacitemos para poder entender, como podremos llevar a su cumplimiento los planes de Dios. En otras palabras, quien termina la obra es el espíritu de sabiduría. El Espíritu de Sabiduría

En Éxodo 28:3 dice: “Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote”. Era necesario que estos escogidos de Dios fueran capacitados del espíritu de sabiduría, para que pudiera cumplir de acuerdo a la ordenanza de Dios lo que se les había encomendado.

El espíritu de sabiduríaen quien prepara nuestros corazones, para poder cumplir lo que Dios a destinadopara nuestras vidas. Solo así, estamos capacitados para poder fielmente la voluntad de Dios. Él se glorifica en nosotros cuando somos verdaderos vasos de honra para Su gloria.

La Perfecta Armonía

Mientras que, el espíritu de revelación trabaja en un equilibrio armónico con el espíritu de sabiduría. Pero es el espíritu de revelación quien comienza la obra de Dios, y quien nos muestra lo que Dios desea realmente hacer en nuestras vidas. Ambos se complementan para que se cumpla el propósito expreso de Dios. El Espíritu de Sabiduría.




 

  

Las Enseñanzas del Maestro Jesús


Jesús tenía una característica que lo distinguía de muchos de los maestros de Su época. Él demandaba un absoluto respeto por lo que decía, por eso lo llamaban rabí, término que significaba reverencia y respeto. A pesar de Su corta edad, Jesús tenía un carácter que lo diferenciaba de los demás y producía admiración. Las enseñanzas del Maestro Jesús.

Por eso, los que lo escuchaban, daban testimonio de Él; lo vemos en Mateo 7:28-29: “cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”.

Su Mayor Lección

“El Sermón del Monte” es la mejor de las lecciones de Jesús, y se encuentra en los capítulos del 5 al 7 del libro de Mateo. Inicia con las “Bienaventuranzas”, que no son más que la esencia de la doctrina del Nuevo Testamento y su número es de nueve. Su contenido se puede comparar con los Diez Mandamientos, de los cuales el mismo Jesús dio testimonio cuando dijo:

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17). Las enseñanzas del Maestro Jesús.

Sello Distintivo de Jesús

Estas tienen un contenido más superior a las de Moisés, quien recibió de la mano de Dios los Diez Mandamiento. Jesús usaba con mucha frecuencia los símiles en Sus enseñanzas, pues al decir: “Pero yo os digo …”. A continuación, esto iba seguido con una comparación entre los mandamientos y los suyos propios.

Este estilo, marcaba en Jesús una notable diferencia respecto a los demás maestros de Su época.

En Mateo 5:34-37 podemos observar lo siguiente: “No tomarás el nombre de Dios en vano”. A continuación, notamos la manera personal como Jesús presentaba la comparación cuando decía: “Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

Ni por la cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”.

Refiriendo al sexto que dice: “No matarás”. Jesús presenta Su símil, que no es más que una actualización o presentación del mandamiento en esencia: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:22).

Su Concepto sobre el Adulterio

Si analizamos el contenido de esta nueva perspectiva de Jesús, podemos notar que su contenido tiene una profundidad y una serie de detalles que enriquecen el contenido. Estaba llena de aspecto fundamentales y prácticos del diario vivir, que conducen a una reflexión más consciente y de confrontación interna.

Si tomamos el séptimo que dice: “No cometerás adulterio”. Jesús en su análisis reflexivo dice lo siguiente: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28).

Vemos como Jesús usa una forma más descriptiva y profundiza aún más, dando especificaciones que nunca habían sido expuestas y con tantos detalles que no se habían tomado en cuenta al presentar el tema del adulterio. No era simplemente el acto de comerte el pecado, sino la maquinación en la mente.

Podemos notar que, en cada uno de los ejemplos de Jesús, Él nos da un estándar mucho más elevado. Lo vemos en detalle cuando analizamos Mateo 5:43-45 que dice:

El amor al Prójimo

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”.

Jesús establece bien claro que el prójimo no es solo tu amigo, sino también tu enemigo. Dice que la bendición no es sólo para los que te bendicen, sino también para los que te maldicen. Enseña que el bien a hacer es también para los que nos aborrecen. Y que nuestras oraciones deben incluir a los que nos ultrajan y nos persiguen.

Las enseñanzas del Maestro Jesús

Claramente, podemos ver que los estándares de Jesús son mucho mal altos que los del Antiguo Testamento. Lo ilustro en el siguiente ejemplo: Mateo 5:41“Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos”.

Si notas, podrás ver muy claramente, que Jesús nos está pidiendo que demos la milla extra en todo lo que hagamos. En otras palabras, Él quiso demostrar que debemos ir más allá de lo que se había establecido; lo que requiere un esfuerzo mucho mayor.

Mensaje General

El nos da un mensaje general que incluye todos los aspectos del diario vivir aquí en la tierra. Jesús a través de Su estilo, nos quiere llevar a un sentido completo de madurez, con los más altos estándares. Anheló para nosotros algo completo, maduro en todo el transitar de nuestra vida. Esto se refiere a un cristiano maduro que debe vivir la vida cumpliendo la ley del amor.

Nos presentó el estándar más elevando con relación al perdón cuando nos dice: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15). Con este detalle podemos ver como se desprende la perfección del carácter de nuestro Dios. Él Es misericordioso, piadoso, tardo para la ira, grande en misericordia, verdad y benignidad (Éxodo 34:6) RVA.

El Nacimiento de Cristo el Mesías


 

El futuro rey de Sion

Zacarías 9: 9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. El Nacimiento de Cristo el Mesías.

Nacimiento y reinado del Mesías

Isaías 9: 6-7 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

El nacimiento de Cristo el Mesías

En un momento que sobrepasa el optimismo, el profeta vislumbra la futura gloria del reino bajo la ayuda de un caudillo no conocido: Alégrate en gran manera hija de Sión, hija de Jerusalén (verso 8). Aquí el profeta habla dirigiéndose directamente a ella, invitándola a alegrarse sin medida, porque el Rey está a la vista, justo y salvador; pero no viene lleno de gloria terrenal, como los grandes conquistadores guerreros, sino que avanza humilde, montado en un asno, en un gran gesto de paz y mansedumbre.

Su entrada triunfal a la Ciudad Santa marca el término de las luchas, pues extirpará los carros de Efraím (tribu de carácter belicoso) y a los caballos de Israel. Los profetas ya habían recomendado poner la confianza en Jehová como el instrumento para librarse de las guerras, y no estaban de acuerdo con la aprobación de la política de acumulación de los medios de guerra como las demás naciones. Por eso, ahora Zacarías anuncia la era mesiánica, en la que desaparecerá todo instrumento de violencia; y con esto se romperá el poderoso arco que la genera.

La profecía de Zacarías, es el eco de la de Isaías 9: 6. Es una declaración de que el Mesías establecerá Su reinado en la paz total que promulgará a los pueblos y a las naciones paganas. Su imperio se extenderá desde el mar Muerto al Mediterráneo, y desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra; es decir, al lejano occidente. Es una proclamación mesiánica que presenta al REY-MESÍAS de un modo increíble en el Antiguo Testamento; ya que, en el lugar de manifestarse con mucha arrogancia y de manera dominadora, como un verdadero conquistador oriental, entra en Su ciudad mostrándose con toda Su mansedumbre y modestia.

Descripción del Nacimiento de Mesías

A pesar de describir en el capítulo anterior, el cual nos habla de que Dios había escondido Su faz a la casa de Jacob; ahora anuncia con júbilo un horizonte luminoso de salvación. El pueblo estaba en sombras de muerte, es decir, como un país en el que la muerte ha dejado huellas después de la devastación y de la guerra. Por eso, el profeta se complace en describir con alegría nacida, en aquellos que sumergidos en un estado de miseria y sin esperanza de redención. Este júbilo se manifiesta por medio de actos llenos de acciones de gracia a Dios, porque los bendijo abundantemente.

El profeta se refiere a la inesperada aparición de un Príncipe libertador, y lo describe como un niño que está relacionado con el misterioso Enmanuel, cuyos talentos son excepcionales. Sus cualidades lo señalan como un dotado gobernante admirable, consejero, con la capacidad de conducirse en las diversas situaciones, con sabiduría y prudencia.

Dios Fuerte

Este llevará un extraordinario nombre: “Dios fuerte”. Hay que destacar que esta cualidad sólo era aplicada en el Antiguo Testamento a Jehová. Refiriéndose en todo el sentido de la palabra, a un héroe divino, dotado de fuerza y vigor; precisamente por gozar de una protección especial de Dios. Esta revelación nos hace comprender el misterio de la Trinidad en cuanto a la segunda persona, quien es Cristo. Isaías trata de denotar, aunque se encuentra de una manera implícita en el texto, la importancia y el alcance dados en esta expresión. El Nacimiento de Cristo el Mesías.

Otra cualidad dada en este verso, es la de Padre sempiterno, que acompañada con la de Príncipe de paz, nos da un efecto de excepcional agudeza como gobernante y extraordinario consejero. Su gobierno no será el de un tirano, sino que estará lleno de paternidad; siempre en busca de establecer un ambiente de paz y de compresión, de modo que podrá llamarse Príncipe de paz. Esta paz se basará en un sentido de justicia, ya que la justicia será el cinto de sus lomos. El profeta Miqueas, su contemporáneo, hace un paralelo de esto.

Esta misma paz, es simbolizada por el mismo profeta poco después; pero con imágenes vivas que nos presentan qué debemos entender lo que era de importancia en la profecía; en otras palabras, el principio de un reinado espiritual basado en la paz de las conciencias.

Dios con Nosotros

El acontecimiento histórico del nacimiento del Mesías prometido Jesús, Enmanuel (Dios con nosotros), es el evento más importante y trascendental para toda la humanidad. Es la contemplación de una de las decisiones más determinantes en la persona de Dios. Es la realización de Su Plan Perfecto de hacerse hombre y venir a habitar con los hombres. Con el Único propósito de redimir a la humanidad caída tras el pecado del primer Adán.

El Nacimiento del Dios Encarnado

Es el Dios encarnado en la persona de Jesús, el Salvador y redentor, incursionando en la historia de la humanidad para dar un giro a todo lo que Satanás había trastornado. Por eso, era necesario el Sacrificio de la cruz para poder romper con la obra de maldad que el enemigo del hombre había causado.

Por eso Colosenses 2: 13 - 15 habla de esa victoria obtenida por el Mesías en la cruz del Calvario: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.

Por eso, Cristo es la piedra angular, y es el sustentador de nuestra fe. Que a nadie le quepa dudas de que ese sacrificio nos limpia de todo pecado y restaura nuestra relación con Dios. El Nacimiento de Cristo el Mesías.

Finalmente, si Cristo no hubiera resucitado nuestra fe sería vana. No hacemos énfasis en las fechas, sino en el evento en sí. Porque, aunque muchos quieran restar valor al acontecimiento del Nacimiento de Jesús, para nosotros los que creemos en Él, tiene un valor incalculable. Por eso, tenemos siempre: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe”.


Video:

Tú Me Das Paz - Plenitud

Jesucristo la Saeta de Dios


 

Descripción del Profeta Isaías de Jesús

Isaías 49:2: “Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba”. Jesucristo la Saeta de Dios.

El profeta Isaías hace alusión a Jesucristo y lo describe como la saeta de Dios. En esta descripción, Isaías presenta al Salvador del mundo con una boca como de espada aguda. Pero en el Nuevo Testamento el apóstol Pablo en Hebreos 4:12, lo describe de la siguiente manera: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Su Padre celestial, le enseñó el conocimiento de Su Palabra y lo preparó para el ministerio que Él había ordenado para Él. Así, Él llegó a ser como el salmista David que según 2º Samuel 23:2 dijo: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y Su Palabra ha estado en mi lengua”. En Lucas 2:46-47 dice: “Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas”. Esta es una clara evidencia de que Jesús a la edad de 12 años, tuvo la capacidad de confundir a los doctores de la Ley con Sus preguntas y Sus respuestas.

Jesucristo la Saeta de Dios vuelve a Nazaret

Sin embargo, pudiendo el Padre enviarlo a iniciar Su ministerio, no lo hizo así; sino que, por voluntad del Padre volvió a Nazaret; y se sometió a sus padres para cumplir con el plan diseñado por Dios. El profeta Isaías tiene una manera muy particular de describir este período de formación en la vida de Jesús como “me cubrió con la sombra de Su mano”. De acuerdo a lo que dice Hebreos 5:8-9: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”. Dice la Palabra que por la cosas que sufrió aprendió obediencia. Durante 18 años de sufrimiento se convirtió en una vara pulida, creciendo en sabiduría, estatura y en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2:52).

Jesucristo la Saeta de Dios es Colocado en la Aljaba

Cuando una fecha está lista para ser usada, se coloca en la aljaba hasta que el arquero decida usarla. De esa misma forma, Cristo fue colocado en la aljaba, para cuando llegara el momento indicado por Dios. Esto expresa claramente, que Cristo ya está preparado para ser enviado a Su ministerio antes del tiempo señalado por el Padre. Pero sabemos, que Juan el Bautista aún no había preparado el camino para Él con el mensaje de arrepentimiento; y por esta razón, Jesús tuvo que esperar pacientemente.

Años antes de que ocurriera; el profeta Isaías en el capítulo 40, describe el ministerio de Juan de forma poderosa, como la voz de uno que clama en el desierto: “Preparad el camino del Señor, y enderezar las sendas torcidas”. El Todopoderoso Dios no solamente declara la venida de Cristo, sino también muestra el ministerio de aquel que irá delante del Rey de gloria y le presentará ante Israel. Jesucristo la Saeta de Dios.

La Saeta es colocada en el Arco de Dios

Fue en el río Jordán donde Dios colocó la Saeta en Su arco, por así decirlo, y fue disparada hacia el objetivo y destino  de Su vida, en todo Su propósito y predeterminación de la voluntad de Dios. Y este destino final era la cruz del Calvario.

Isaías 61:1 describe el ministerio del Señor Jesús de la siguiente manera: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”. Cuando se le dio a Jesús la oportunidad de leer las Sagradas Escrituras en la sinagoga de Nazaret por primera vez, de acuerdo a Lucas, en su Evangelio, esté fue el pasaje que Jesús leyó (Lucas 4: 16-22).

Finalmente, el profeta Isaías describe las unciones que cubrieron a Jesús en Isaías 11: 1-5. Dios preparó y capacitó a Su Hijo Jesús para el cumplimiento de Su Plan Divino, y de Su Propósito Eterno. No nos cabe ninguna duda, de que el Padre pudo triunfar en este intento de redimir a toda la humanidad, ya que Jesús Su Hijo amado cumplió a cabalidad todo lo que le fue encomendado. Porque el Espíritu de Jehová estaba sobre Él.

La Vida de Nuestro Señor Jesús



Apocalipsis 19: 10 “Yo me postré a sus pies para adorarle. Él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la Profecía. La Vida de nuestro Señor Jesús.

Apologética, defendiendo nuestra fe

Continuando con la vida de nuestro Señor Jesucristo. Podemos decir, que nuestra mejor arma es el espíritu de la profecía que declaró el nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús muchos años antes de que hiciera Su aparición en la historia de la humanidad. Ninguna religión ha podido escribir acerca del nacimiento de su líder y fundador mucho antes de que naciera. Nosotros si podemos presentar las verdades del cristianismo conforme a las Escrituras. La Vida de Nuestro Señor Jesús.

Estudiando la Biblia, inmediatamente podemos detectar las doctrinas falsas de los paganos y tener los argumentos para afirmar lo que Cristo declaró con relación a que Él Es el Hijo de Dios. Podemos estudiar la Santa Palabra de Dios y encontrar pruebas irrefutables de que toda la vida de Jesús fue profetizada antes de Su nacimiento.

Las Profecías de Isaías acerca de la vida Jesús

El profeta Isaías, quien vivió durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, contiene las profecías que él escribió acerca de Jesús. Él vivió y profetizó desde el año 750 a. C. hasta el 690 a. C aproximadamente. La autenticidad de este libro quedó demostrada de una manera increíble al encontrar los manuscritos del mar Muerto, los cuales contienen el 75% del contenido del libro de Isaías. Al contener exactamente el mismo texto que la versión inglesa autorizada, se comprueba en forma concluyente que el texto original no ha sido alterado como algunos afirman. La Vida de nuestro Señor Jesús.

El libro de Isaías nos habla de una forma detallada de las profecías concernientes a la vida y ministerio de Nuestro Señor Jesucristo sobre la tierra. Dichas profecías se cumplieron 700 años después de que fueran dadas por el profeta Isaías.

Concepción de Jesús

Encontramos en Isaías 7:14 lo siguiente: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Enmanuel”. Enmanuel significa “Dios con nosotros”, mostrando claramente que el que nacería, sería nada menos que el “Hijo de Dios”.

Anunciado desde el Vientre de su madre

El arcángel Gabriel dio el anuncio del nombre de Cristo cuando aún estaba en el vientre de su madre María (Mateo 1:21). Isaías 49:1: “Oídme, costas, escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre memoria”.

 

La Existencia de nuestro Señor Jesús

Isaías 9:6 nos dice: “Porque un niño es nacido, hijo no es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Una vez más, vemos la afirmación de que el niño que nacería es Dios. Pero, la verdadera clave la encontramos en Isaías 7:15: “Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”. Vemos la transformación de Jesús; pasando de ser un niño a ser un hijo. Aquí la mantequilla es la abundancia de la leche, cuyo significado espiritual se refiere a las doctrinas elementales de la Palabra de Dios (Hebreos 5:12, 6:1-3 y 1ª Pedro 2: 2). Mientras que la miel nos habla de revelación, por lo tanto, se refiere a la iluminación del Espíritu Santo, por lo menos en este contexto (1º Samuel 14:27 y Efesios 1:17-18).

A través de este proceso, Cristo se convierte en el probado y maduro Hijo de Dios, quien es designado como el Príncipe de Paz. Esto nos habla de la naturaleza del cristianismo. Significando que Cristo nos da paz con Dios. Y esa paz que Él nos da, es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, y es capaz de guardar nuestras mentes y corazones en el amor de Dios.

La Vida de Nuestro Señor Jesús

Finalmente, encontramos en la Biblia la declaración en la cual Dios expresa Su Plan de Redención para toda la humanidad. Y es a través de Su Hijo Jesús. Solo Dios tenía un Proyecto de Redención para el hombre caído, y lo expresa en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Este Plan Eterno fue diseñado por Dios antes de la fundación del mundo, así lo describe en Su Palabra, la Santa Biblia. Por esta razón, seguiremos profundizando con relación a la persona de Jesús, cuya vida estuvo marcada con un testimonio que mostró que en realidad Él era el Hijo de Dios. Quien se mostró triunfante al vencer en la cruz a todo principado y a toda potestad, exhibiéndolos públicamente.


 

La Revelación por el Espíritu de Dios


 

1ª Corintios 2:6-8 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

Conceptos Básicos

Aquí el apóstol Pablo explica el concepto básico en el cual expresa, que la sabiduría de Dios está oculta para el hombre natural. Esto lo vemos claramente en la crucifixión de Cristo, donde la ignorancia jugó el papel más importante. ¿Por qué el apóstol Pablo dice esto? Porque si ellos hubieran sabido que el Señor de gloria era el Hijo de Dios, no lo hubieran crucificado. Pero, era necesario que fuera así, sino no se habría cumplido el propósito de Dios en la vida de Jesús. Vemos claramente, la revelación por el Espíritu de Dios.

No pudieron ver esta verdad revelada, porque el Hijo de Dios fue encubierto por la carne y parecía un hombre normal. La sabiduría humana no pudo apreciar ni diferenciar el haber nacido en un establo y no en un palacio. Vemos que el mismo Jesús les hablaba en parábolas para que no entendieran, y sólo aquellos que lo amaban podían conocer las verdades expresadas por Él.

Condición para Recibir Revelación

Hay una característica muy particular que no permite ver, que esta revelación no la podemos percibir con los sentidos naturales, sino por el Espíritu de Dios quien revela las riquezas de Su gloria a Sus santos. En Efesios 1:17-19 y 3:19, el apóstol Pablo ruega al Padre para que podamos recibir el Espíritu de revelación, el cual nos permitirá conocer el Espíritu de Cristo que sobrepasa todo conocimiento.

Para que el hombre pudiera conocer a Dios, Él tuvo que darnos Su Espíritu; esta es la única y verdadera razón. La respuesta a todo esto la encontramos en el libro de Juan 16:13 que dice: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.

Los humanos en lo natural, se conocen los unos a los otros porque todos tienen un espíritu natural, y no solamente eso, sino también, sentimientos, deseos, anhelos y necesidades comunes. Pero a través de Su Palabra, Dios expone Su Propio corazón. Y estando nuestro corazón expuesto a la Palabra, entonces podemos ver qué hay dentro de nosotros. Este es el resultado de la revelación por medio del Espíritu de Dios.

Clave que Ilumina el Entendimiento

Finalmente, podemos entender que cuando la Espada de Su Palabra nos atraviesa, estamos en capacidad para poder conocer a otros en la medida en que la espada ha penetrado nuestro ser (Lc.2:35). Por eso, Pablo pudo enseñarle las cosas que él había recibido por el Espíritu de revelación. Si quieres una verdadera revelación por el Espíritu anda conforme a ese Espíritu, y vive conforme a Su voluntad. 

Todas las Cosas Ayudan a Bien


Romanos 8:28 y 37 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Principio Bíblico

El Primer principio bíblico que el apóstol Pablo estable dice: Que no hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús, porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos libró del pecado y de la muerte. Por eso, somos más que vencedores. Porque las tendencias carnales son muerte, pero las tendencias del espíritu son vida y paz. Todas las cosas ayudan a bien.

La afirmación fundamental del apóstol Pablo de infundir ánimo a los cristianos ante la certeza de nuestra futura glorificación; es la razón alegada ahora según el versículo 28; es que Dios, en cuyas manos están todas las cosas, “todo lo endereza para nuestro bien”. En otras palabras: Dios lo quiere, y a Dios nada le puede resistir. Es éste, desde luego, el primero y radical principio del optimismo cristiano. 

Pero ¿A quiénes lo aplica el apóstol Pablo? Sin ninguna duda se cree que aplica a todos los cristianos en general, que son de quiénes se está hablando en los versos (1,14, 23 y 27). A ellos, y no a una categoría especial dentro de los cristianos, se refieren a las expresiones “a los que aman a Dios” y “a los que son llamados según sus designios”.

Hay cristianos pecadores que no aman a Dios, y Pablo lo sabe de sobra según (1ª Corintios 5:1, 1ª Corintios 6:8, Gálatas 5:10; 1ª Timoteo 1:20); pero esos ya mencionados fuera de la perspectiva, y sólo se fija en el cristiano como tal, que procura cumplir sus obligaciones de acuerdo a la ley establecida por Dios. Somos más que vencedores.

A Quién se Refiere

El término “llamados según sus designios” no es exclusivo de “los que aman”, sino que se refiere a los mismos seres humanos y con la que puede resaltar la iniciativa de Dios para llegar a nuestra condición de cristianos. Por eso, en la terminología de Pablo son “llamados” aquellos que han recibido de Dios el llamamiento a la fe y han respondido a ese llamado; por consiguiente, todos los cristianos son llamados, y los son según sus designios; pues es Dios quien en un acto eterno de Su voluntad ha determinado concederles ese beneficio sobrenatural. 

Estamos hablando de una categoría privilegiada de cristianos en esos “llamados según sus designios”, algo así como llamados-elegidos (predeterminados, que obtendrán ciertamente la glorificación anhelada).

Clarificando los Conceptos

Aterrizando estos términos a nuestra situación actual, nosotros como cristianos, tenemos el privilegio de estar bajo la cobertura de Dios. En otras palabras, tener la conciencia de que, aunque estemos atravesando la situación más adversa; Dios está en control.

Traducido en un lenguaje sencillo, podemos decir: “Todo obra para bien”. Estamos hablando de cosas actuales como la pérdida de un trabajo, quiebra financiera, pérdida de un ser querido, diagnóstico de una enfermedad crónica, contraer el COVID-19, entre otras situaciones de gravedad.

Conclusión

Debemos de entender que cuando lo hemos perdido todo, sólo nos queda nuestra fe en Dios. Y esta fe es más que suficiente para cambiar nuestro entorno de calamidad y desesperanza. Por eso, a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien. ¿Por qué? Porque es Dios quien sabe nuestro final y tiene el control absoluto de todo lo que nos pueda estar aconteciendo. Si no, pregúntale a Job quien lo perdió todo. Pero su declaración, su convicción y su humillación, lo hicieron elevarse a los niveles requeridos por Dios.

Finalmente, cuando entiendas que a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien; entonces podrán estar preparado para enfrentar cualquier adversidad que se interponga en tu camino. Somos más que vencedores.

  

El Espíritu de Sabiduría Obra


Efesios 1: 17-20 Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de Su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales. El Espíritu de Sabiduría obra.

El Apóstol Pablo Presenta el Contenido

El apóstol Pablo nos presenta un contenido cargado de acción de gracias, donde se puede apreciar una riqueza doctrinal extraordinaria. Una de las páginas más concentradas de doctrina que puede registrar el Nuevo Testamento. Tres veces podemos apreciar la frase “para alabanza de la gloria de Dios” (Versos 6,12,14). El pensamiento principal está centrado en la economía de la redención o el plan divino de salud, por el cual Dios, desde toda la eternidad, determinó salvar a la humanidad.

El apóstol Pablo le adjudica a Dios la iniciativa de este plan universal (V.3-4). Plan que se realiza en Cristo y por Cristo (V.4-5), y al que el Espíritu Santo contribuye con Su acción santificadora (V-13-14).

El apóstol Pablo inicia con la afirmación general de que Dios “nos bendijo en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos”. Concretando en los siguientes versículos cuales son esos beneficios de que Dios nos ha regalado y que constituyen el plan divino de salud. Nos habla de bendición espiritual, beneficios que proceden del Espíritu y pertenecen a la esfera del espíritu o parte superior del hombre (Romanos 8: 2-11; Gálatas 5: 16-25). La expresión “en los cielos” es casi sinónima del adjetivo “espiritual”, señalando que se trata de beneficios celestes.

Por su origen y por su destino, ya que nos los dispensa Dios desde el cielo y están destinados a recibir allí definitivamente. Todos estos beneficios nos son concedidos “en Cristo”, es decir, en cuanto estamos unidos a Cristo, formando una unidad con Él.

Después de la afirmación de carácter general, el apóstol comienza a enumerar los beneficios:

Principio Fundamental

El primero y fundamental es que Dios “nos eligió para ser santos” (predestinados) a la adopción de hijos suyos; conforme al beneplácito de Su voluntad. Vemos que Pablo está presentando la "predestinación" como una modalidad de "elección", y su objetivo o término real es la filiación adoptiva. Pero la expresión griega se traduce como “habiéndonos predestinado”, en cuyo caso sería presentado como un acto divino, lógicamente anterior al de la elección.

No se puede dudar que para Pablo la raíz o la última razón de todo está en el “beneplácito” divino: porque Dios así lo quiere. Y conforme a este beneplácito nos eligió para ser santos, y nos predestinó a la adopción de hijos suyos. No se trata aquí de elección y predestinación a la gloria, sino de elección y predestinación a la condición de cristianos. La elección se realiza en “Cristo” (V.4), unidos al cual Dios nos contempla y ama desde toda la eternidad; es también “mediante Cristo”, el hijo de Dios, quien nos concede la filiación adoptiva.

Verdad Central

Finalmente, podemos decir que Cristo es el eje central de la obra redentora. Es por nuestra unión con Cristo, con quien formamos un mismo cuerpo. Esta es la forma de como entramos en el plan divino obteniendo la “redención” y la remisión de nuestros pecados. 

La Protección de Jehová a los Justos


 

Salmo 37:23-25 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.

Una Verdad Irrefutable

La vida del justo está bajo la especial Protección de Dios, Quien afirma y sostiene sus pasos para que no desmaye ni resbale. Si cayere, al instante le extiende Su mano para levantarlo. Eso le llaman: “La Protección de Jehová a los Justos”.

Realidad en Contexto

No nos estamos refiriendo a caídas en el aspecto moral, o pecados, sino de las situaciones que les puedan sobrevenir a los justos. En cuyos pasos y estilo de vida Dios se complace. Por eso, las pruebas y tentaciones siempre serán pasajeras para él. Pues tiene a su diestra la mano del Omnipotente para levantarle de la situación de postración en la que pueda encontrarse.

Por la experiencia en la larga vida del salmista, él dice que nunca vio justo desamparado ni a su descendencia mendigando pan. Sus necesidades, además de ser pasajeras, no hasta llegar al punto que le faltara lo necesario. Y aún les sobra para prestar a los impíos, como lo declara el verso 21; su descendencia con este es bendecida por Dios y por todos aquellos que serán testigos de su protección divina y providencial.

Testimonio del Salmista

El salmista es un testigo fiel por tantos años de la protección divina sobre el que camina por las sendas de virtud. Por eso, invita a que se aparten del mal, que le atraería alejamiento de su benevolencia. Y exhorta a seguir el camino de la virtud y del bien como una garantía de la aprobación divina, cuyas recompensas serán las bendiciones de todo género. Pero debe de mantenerse en el camino de fidelidad a Dios.

El justo puede habitar por siempre en la tierra de Jehová, la tierra de las promesas divinas, pues Él ama todo lo equitativo que esté conforme al juicio o mandato de la ley. En otro orden, nunca desampara a los fieles, y a los piadosos, que siempre buscan adecuarse hasta el más mínimo detalle a Su voluntad. La cual está expresada en los preceptos de Su Ley. Por eso, siempre verán: “La Protección de Jehová a los Justos”.

Finalmente, el salmista declara en el verso 29: “Los justos poseerán la tierra y morarán en ella para siempre”. Contraria a la suerte de los impíos, los justos serán los verdaderos herederos de la tierra. En ella se establecerán por siempre, sin miedo a perder su heredad. Por eso, el justo por estar en los caminos de Dios, siempre está meditando en la sabiduría, pues “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová”.


La Providencia de Jehová


 

Salmo 37:4-6 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. La Providencia de Jehová.

 

Reconociendo la Soberanía de Dios

 

Dios es Soberano, por eso actúa conforme a Su voluntad. Él elige y decide hacer las cosas de acuerdo a Su criterio y no al de los hombres. Para nosotros muchas cosas son incomprensibles, y nuestros razonamientos no pueden descifrar lo que hace y porqué lo hace. Pero Él es quien lo decide. La providencia de Jehová.

 

Por eso, cuando hablamos de la providencia de Dios para los hombres, vemos como los justos despreciados no pueden comprender por qué prosperan los impíos en esta vida, mientras ellos se consumen en la incomprensión. Eso lo vemos plasmado muy claramente en el libro de Job.

 

Lo que no sabemos, es que la solución está en los designios secretos divinos sobre la humanidad. Porque, aunque vemos la prosperidad momentánea de los impíos, los justos serán los que finalmente saldrán gananciosos por su reconocida virtud. El salmista no amplía lógicamente este pensamiento, ya que solo se limita a hacer afirmaciones sobre la aparente prosperidad de los impíos. Declara que los justos al fin prosperarán, mientras que los impíos serán desenraizados de la tierra.

 

El Verdadero Concepto de la Vida

 

Para el cristiano, la verdadera vida no está limitada por el tiempo o por una certeza de muerte. Sino por aquella esperanza de una vida nueva, donde nuestro cuerpo será transformado y glorificado. Porque esta vida que estamos viviendo, está llena de sufrimientos y adversidades. Pero, ella es la escuela para poder alcanzar la otra que es eterna.

 

Por eso, el salmista nos hace una exhortación a que nos deleitemos en Jehová. Para que Él conceda las peticiones de nuestro corazón. Y nos llama a encomendar nuestro camino a Jehová, y confiar en Él. Para que Él pueda obrar conforme a Su voluntad. Y tenemos una garantía de que Él exhibirá nuestra justicia como la luz y nuestro derecho como el mediodía.

La Respuesta de Dios Acerca de Esto

 

Dios arroja luz a esta confusión y trae una respuesta a esta situación. Él nos dice que la verdadera solución está en la confianza que tengamos en Él. Y la esperanza en el tiempo de Su manifestación de justicia para con los impíos, y de retribución en la vida de los justos. La Providencia de Jehová.

 

Finalmente, sabemos que la justicia de Dios, si no se manifiesta en la vida del justo, se manifestará algún día en su descendencia; y esto será de gran satisfacción y de consuelo para el justo que pueda estar atribulado.