Hay aspectos que definen a todo ganador. Sus cualidades los diferencian de
los demás. No porque tengan dones especiales, sino porque han podido entender
el secreto de donde está el triunfo y se lanzan a conquistarlo. Los atletas son
el mejor ejemplo de ello. Se preparan física, mentalmente y espiritualmente
para conquistar el triunfo.
Un buen ganador debe tener una mente sana. Sus pensamientos, sus
expresiones y sus acciones deben de estar en sintonía con todo lo que hace. Porque
ha cambiado su forma de pensar, ha cambiado su forma de actuar, por eso, sus pensamientos
van ligados con sus propósitos.
Los ganadores siempre piensan en mejorar; se mantienen actualizados,
leyendo, estudiando e incorporando nuevos conceptos y técnicas para su
bienestar. Su capacidad de aprender siempre está activa porque buscan cada día
dar un paso de avance en lo personal y en lo intelectual.
Los ganadores tienen metas concretas, claras, detalladas y específicas. Con
estos parámetros establecidos, las metas son más fáciles de conseguir. Y con estos
elementos definidos, entonces ellos pueden alinear todos los recursos,
concentrar todas las energías y diseñar todo tipo de acciones que los conduzcan
a ese fin. En cambio, cuando los objetivos no están definidos, andamos improvisando,
desperdiciando recursos, tiempo y energía.
Los ganadores hacen siempre lo que tienen que hacer, porque saben que es lo
correcto hacer. Los ganadores no conocen la zona de confort porque siempre
están ocupándose de los retos que tienen por delante. Para conseguir resultados
extraordinarios tendrás que hacer cosas que no son ordinarias.
Son personas que saben decir que no a muchas cosas, y no se concentran en
detalles que no están dentro de la estrategia establecida. Tienen la virtud de
la paciencia, ya que hablar de este tema es hablar del futuro. Por eso, cuando
estamos hablando de paciencia, hablamos de fe (certeza de lo que se espera,
convicción de lo que no se ve). Muchas veces cuando no vemos los
resultados desistimos. Entendemos que debió ocurrir antes y no en el tiempo
adecuado.
“Un buen ganador es una persona de acción. No se sienta a
esperar que sucedan las cosas, sino el hace que sucedan. Es una persona que sobre
la marcha descubre soluciones. Y es el protagonista de su propia historia”.
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