En el Salmo 23:1 David hace
una declaración categórica: “Jehová es mi pastor y nada mi faltará.
En este bello poema idílico, el salmista juega con dos símiles alegóricos: a)
el buen pastor (1-4); b) el padre de familias, que hace gala de espléndida y
generosa hospitalidad. Bajo estos símiles, el salmista expresa la confianza
ciega del justo en la providencia solícita de su Dios. Nada le puede turbar.
Pero David declara en el Salmo
121:2 “Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”.
Pero él, a pesar de estar permanentemente expuesto al peligro y a situaciones
de dificultad, tenía la plena certeza de que Dios siempre guardaría de su vida.
Por eso, con toda
propiedad también proclamó lo que dice el Salmo 121:7-8: “Jehová te guardará de
toda mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde
ahora y para siempre.
Ante toda situación de amenaza
que puedan atentar contra nuestras vidas, entiéndase: crisis económica, medioambiental,
guerras, fenómenos naturales, sociales, pandemias o de cualquier índole, Dios
tiene una promesa de protección.
Pero, para poder ser
participes de esa cobertura, debemos tener una relación de amistad íntima con
Él. Y lo declara en Su Palabra cuando dice en Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y
Él se acercará a ustedes”.
Ante el peligro de muerte
que el coronavirus como una de las peores pandemias está tocando las puertas de
las naciones, él salmista David nos dice según el Salmo 23a): “Aunque
ande en valle de sombra de muerte; no temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo”. Pon tu confianza en Jehová para que Él sea tu buen Pastor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario