2ª Corintios 4:7 Pero
tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de
Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en
apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero
no destruidos. Tenemos que vivir por fe.
La expresión “vasos de
barro” parece ser un recordatorio de lo que está expresado en Génesis 2:7 que
dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Pablo en
este contexto no solo se está refiriendo al cuerpo, sino al hombre de una
manera integral, o sea en su totalidad, con capacidades limitadas y sujeto a
una multitud de miserias y debilidades.
Este “tesoro” se refiere
a la declaración de que los apóstoles son portadores del ministerio apostólico,
dignidad sublime que Dios les ha confiado. Por eso Pablo con el ejemplo del
atleta, describe el breve cuadro de lo que es la vida de un apóstol. Con debilidades
y temblores, pero contando con la gracia para alcanzar la fortaleza y los
triunfos que Dios les da.
Estos dos aspectos se
resumen en el versículo 10 diciendo que los apóstoles llevan siempre en el
cuerpo las marcas de Jesús, para que también la “vida” de Jesús se manifieste
en su cuerpo. Con esto Pablo está reafirmando, que la vida de un apóstol y su
ministerio evangelistero debe ser una reproducción de la vida de Cristo.
Por eso vemos en la vida
de Cristo dos aspectos importantes: Cristo paciente, que sufre y muere para redimir
a los hombres; y Cristo glorioso, que vive una vida rebosante e indefectible,
como bruto de Su redención.
A nosotros también nos
toca el ser procesados y tener que pasar por diversas pruebas. Pero te tengo
una buena noticia, “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad dice el Señor,
porque Él ha vencido al mundo” (Juan 16:33).
Pero Dios nos da la clave
en 1ª Juan 5:4 cuando nos dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al
mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. Nosotros tenemos que vivir por fe.
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