Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo
los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te
guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es
tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de
día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová
guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre (Salmo 121:1-8).
La
Seguridad de Protección
Este salmo nos habla dela seguridad que podían experimentar los peregrinos que se acercaban al santuario de Jehová, del que procede la protección sobre los fieles judíos. Ellos
podían emprender la dura marcha amparados bajo la sobra protectora del Dios de
Israel, seguros de que ninguna situación peligrosa les ocurriría, porque la
protección del Todopoderoso velaría por ellos. Jehová Es Tu Guardador.
En este salmo, el salmista
recoge todos los pensamientos y los anhelos de los peregrinos de Sión para
inculcarles confianza al emprender el viaje hacia el lugar santificado por la
presencia de Jehová. En el salmo se puede apreciar las exhortaciones mutuas de
los peregrinos que se lanzan por el camino de la santa ciudad, esperando ver
pronto los montes sobre los que descansa el santuario de Dios de Israel, desde
donde mantiene vigilancia sobre los fieles para que nada peligroso les
sobrevenga.
Una
Declaración de Confianza
El valor literario de
este salmo es reconocido por los comentaristas, resaltándose la confianza infantil
y total en la Providencia divina. Las voces de los fieles animándose por
palabras de fe y de esperanza son evidentes, mientras se dirigían hacia Jerusalén
para cumplir una vez más su demostración de devoción y su relación con Jehová
el Dios de Israel y con cada israelita de una manera individual, como Su
guardián a través de todas las vicisitudes de la vida.
En la colina de Sión,descansa el trono de Jehová. Justamente, desde el santuario de Jerusalén provendrá
el socorro a los piadosos que confían en Su Dios, quien Es el hacedor de los
cielos y de la tierra. Con esta declaración el salmista siembra la confianza
entre los fieles creyentes, que podrían dudar al exponerse a los peligros de la
dura peregrinación.
Pero finalmente, vemos
que el Creador, con Su omnipotencia, les garantiza Su divina protección. Él
será tan solicito que no permitirá que resbalen sus pies. Jehová es un
centinela que no duerme, sino que constantemente está velando por los intereses
de Sus fieles y los que confían en Su providencia.
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