Salmo 37:23-25 Por
Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino. Cuando el
hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Joven fui,
y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que
mendigue pan.
Una
Verdad Irrefutable
La vida del justo está bajo la especial Protección de Dios, Quien afirma y sostiene sus pasos para que no
desmaye ni resbale. Si cayere, al instante le extiende Su mano para levantarlo.
Eso le llaman: “La Protección de Jehová a los Justos”.
Realidad
en Contexto
No nos estamos refiriendo
a caídas en el aspecto moral, o pecados, sino de las situaciones que les puedan
sobrevenir a los justos. En cuyos pasos y estilo de vida Dios se complace. Por
eso, las pruebas y tentaciones siempre serán pasajeras para él. Pues tiene a su
diestra la mano del Omnipotente para levantarle de la situación de postración
en la que pueda encontrarse.
Por la experiencia en la
larga vida del salmista, él dice que nunca vio justo desamparado ni a su
descendencia mendigando pan. Sus necesidades, además de ser pasajeras, no hasta
llegar al punto que le faltara lo necesario. Y aún les sobra para prestar a los
impíos, como lo declara el verso 21; su descendencia con este es bendecida por
Dios y por todos aquellos que serán testigos de su protección divina y
providencial.
Testimonio
del Salmista
El salmista es un testigo fiel por tantos años de la protección divina sobre el que camina por las sendas de virtud. Por eso, invita a que se aparten del mal, que le atraería
alejamiento de su benevolencia. Y exhorta a seguir el camino de la virtud y del
bien como una garantía de la aprobación divina, cuyas recompensas serán las
bendiciones de todo género. Pero debe de mantenerse en el camino de fidelidad a
Dios.
El justo puede habitar
por siempre en la tierra de Jehová, la tierra de las promesas divinas, pues Él
ama todo lo equitativo que esté conforme al juicio o mandato de la ley. En otro
orden, nunca desampara a los fieles, y a los piadosos, que siempre buscan adecuarse
hasta el más mínimo detalle a Su voluntad. La cual está expresada en los
preceptos de Su Ley. Por eso, siempre verán: “La Protección de Jehová a los
Justos”.
Finalmente, el salmista
declara en el verso 29: “Los justos poseerán la tierra y morarán en ella
para siempre”. Contraria a la suerte de los impíos, los justos serán los
verdaderos herederos de la tierra. En ella se establecerán por siempre, sin
miedo a perder su heredad. Por eso, el justo por estar en los caminos de Dios,
siempre está meditando en la sabiduría, pues “el principio de la sabiduría
es el temor de Jehová”.
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