El Salmo
34:1 declara lo siguiente: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza
estará en mi boca. En el
título se atribuye esta composición a David, y se describe la circunstancia
histórica que dio origen a esta declaración al huir del rey de Gat fingiendo
ser un loco.
Usted se
preguntará ¿Por qué huyó David? Por lo siguiente; según Jueces 9:4-5 Y se le
dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales
Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. Y viniendo a
la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta
varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal,
que se escondió.
Abimelec
recibió su paga del templo dedicado a Baal. Veo claramente que esta obra inició
bajo el nombre e influencia del diablo. Pero Dios le hizo pagar el mal que hizo
en esta vida, ya que vino sobre él la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.
Finalmente, murió cuando una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino
sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo.
Esta fue la razón
por la cual David tuvo que hacerse el loco para poder salvaguardar su vida,
pues realmente estaba amenazado de muerte. Por esto, el salmista David inicia
un himno de alabanza a Jehová para que todo el que lo escuche pueda
solidarizarse con él. Y decir, bendeciré a Jehová.
El salmista
habla por su propia experiencia, pues Dios le libró de todas sus angustias.
Dios es la fuente de la luz y de la vida; de Él proceden la vida espiritual y
la física, y, por tanto, la felicidad; por ello, David invita a que los
humildes, que saben valorar las íntimas alegrías de la amistad divina, se
dirijan hacia Él, para poder ser iluminados. Hoy David te invita a ti también a
“Bendecir” a Jehová.
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