Dios promete en el
Salmo 91:3 y 6 lo siguiente: “Él te librará del lazo del cazador, de la peste
destructora. Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio
del día destruya”.
Muchas personas al mirar
lo que está ocurriendo en el mundo, piensan que ya no hay esperanza de vida. Que
todo terminó, y que es muy posible que de esta no podamos salir. El mundo está
atribulado y desesperanzado ante un cazador que día a día destruye a miles y
miles de personas.
¿A dónde podremos ir para
escapar de este espíritu de muerte o a donde huiremos para poder salvaguardar nuestras
vidas y la de nuestras familias? Porque en la medida que transcurren los días no se
vislumbra una oportuna salida.
Pero te tengo una buena
noticia, cuando piensas que todo está perdido, Dios te dice: “No temas,
porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isaías
41:10)”.
Cuando mires a tu alrededor
y veas que todos caen, no te desanimes porque Dios está en control. Piensa en
la promesa que Dios nos da en Isaías 26:3 cuando nos dice: “Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en
ti ha confiado”.
Hay una esperanza no solo
en esta vida, sino en la vida venidera, que Él promete a todos aquellos que se acerquen a Él confiadamente, y a Su trono para alcanzar el oportuno socorro. Ha llegado
el tiempo de mirar a Dios como la única solución a está pestilencia que trae
mortandad y que en medio del día destruye.
Dios espera que tú te
acerques a Él, que le busques, que lo llames; pues Sus oídos están siempre
atentos a la voz de los que madrugando lo buscan. Espera en Él pacientemente,
que Él hará el milagro que estás esperando. Confía en su pronto auxilio.
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