2ª Corintios
10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo”.
Noticias Sorprendentes
En las redes sociales, Youtube, Facebook y otros medios, ha circulado una declaración que ha sorprendido
a la comunidad cristiana. Citamos la declaración que está circulando en los
medios ya mencionados: La vida de Cristo humanamente acabó en un fracaso; en
el fracaso de la cruz. La historia del fracaso de Dios…
Ante estas declaraciones, tengo que apelar a lo que refirió el apóstol Pablo en 2ª Tesalonicenses 2:1-4 “Pero con
respecto a la Venida de Nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con Él, os
rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,
ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en
ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
Reacción Ante lo Acontecido
No puedo quedarme
callado ante lo expuesto, cuya trascendencia tiene un alcance universal. Por eso,
es necesario que tenga que apelar a una serie de temas apologéticos que van a
fortalecer nuestra fe y a la vez, derribar como declara la Palabra citada en 2ª
de Corintios, todo argumento y toda altivez que se levante en contra del
conocimiento de Dios.
Apologética de Nuestra Fe
Tengo que partir de un
concepto bíblico muy poderoso para que puedan entender que hay una condición
espiritual “sine qua non”. Por eso, 1ª Corintios 2:6-8 dice: “Sin
embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría,
no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Más hablamos sabiduría
de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los
siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de
gloria”.
El apóstol Pablo deja muy
claro, que es necesario tener la sabiduría de Dios para poder entender el
misterio de la crucifixión y de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Es
imposible con una mente humana, natural y racional entender las cosas que
son puramente espirituales.
Por esto, Pablo deja bien
claro lo siguiente; citamos en 1ª Corintios 2:10-13 “Pero Dios nos las
reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino
el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de
Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual”.
La historia de la
humanidad está llena de testimonios y evidencias que demuestran la naturaleza
humana y divina de Jesús. Y el evento de la crucifixión no fue un misterio. Trascendió
y marcó un precedente que no puede ser negado por ninguna autoridad aquí en la
tierra. El evento de la cruz marcó un antes y un después; así es registrado en
los libros de historia.
La derrota de Satanás en el Calvario
Colosenses 2:8-15 Mirad
que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según
Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y
vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y
potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a
mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de
Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también
resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los
muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.
El apóstol Pablo destaca el
triunfo de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario, y con él la
derrota de Satanás. Con este triunfo, Jesús despojó a todos los principados y a
todas las potestades, exhibiéndolos públicamente. Continuaremos en la próxima
defendiendo nuestra fe.